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909 en zapoteco se dice “Ga Gayua Ga”. El número 9 para los zapotecas es un número sagrado porque siendo una civilización con una religión politeísta, tenía a 9 dioses principales, mientras que el día 9 de cada mes era el día del agua. Sus conocimientos se ven reflejados en el número 0 pues solo aquellas civilizaciones avanzadas podían concebir su existencia.
Sus 9 dioses principales eran:
- Totec: dios principal que es quien los regía
- Tlatlauhaqui: dios del sol
- Pitao Cocijo: dios del trueno y de la lluvia
- Pitao Cozobi: dios del maíz tierno
- Coqui Xee: dios de todo lo increado
- Coqui Bezelao: dios de los muertos
- Pitao Cozana: dios de los antepasados
- Quetzalcoatl: dios de los vientos
- Xonzxi Quecuya: dios de los terremotos
Los Zapotecas tenían dos calendarios, uno civil que tenía 365 días lo cual nos habla de su nivel de conocimientos y de su avance científico. También tenía el calendario religioso y en éste cada día de su mes de 20 días tenía su nombre. El número 9 era el día Niza Queza, que quiere decir “agua”. Un pueblo como el zapoteco apreciaba la importancia del agua que significa vida pues sin ella no la puede haber.
Glifos para Niza y Queza:
Con este nombre, Mezcal 909, hemos querido rendir homenaje a una civilización de las más importantes en Mesoamérica que ocupó regiones del sur de México en el período 500 A.C. hasta el 950 D.C. aproximadamente. Y con la presencia del templo más emblemático de Oaxaca, el de Santo Domingo, y la del agave envasado en cada botella en la imagen de 909, queremos simbolizar la combinación de un proceso zapoteca como era el cocimiento del agave, y con uno español como era la destilación, no conocida en América hasta su llegada a la Nueva España.
Mezcal 909 se produce en el estado de Oaxaca en Santiago Matatlán, cuna de esta bebida destilada mexicana. Su producción es artesanal lo cual nos permite ofrecer a los conocedores de mezcal una bebida de gran calidad que guarda el proceso y los sabores originales que durante 400 años se han producido por los maestros mezcaleros de la localidad.
Nuestra maestra mezcalera, Leonor Altamirano, viene de una familia de tradición en la producción de esta bebida, y por ello conserva en la elaboración del mezcal los secretos de su familia que han pasado de generación en generación hasta nuestros tiempos.